Medioambientalmente, la producción
de materiales para la construcción es
insostenible. Elementos clave, como
el cemento, el acero o la madera,
como recurso natural y la consecuente
deforestación, pueden superar el 20%
de las emisiones de CO2.
Nuestra responsabilidad con el medio
ambiente es hacer que, al menos, estos
materiales tengan la máxima durabilidad.
Y, que estos materiales resistan las
inclemencias en el tiempo y sean
perdurables, necesitan estar
muy protegidos.